“Si alguien es de fiar en lo poco, será de fiar en lo mucho... Si no se les puede confiar lo ajeno, ¿quién les dará lo que es de ustedes?”. Lucas 16:10, 12 (PDT)

Los niños necesitan experiencias que los animen, que revelen sus talentos y desarrollen sus vidas para el ministerio. Necesitan desafíos donde desarrollen responsabilidad. Una de las habilidades más importantes para la vida es que todos tenemos que aprender responsabilidad.

¿Cómo les enseñas a ser responsables a tus hijos? Solo hay una forma: dándoles la oportunidad. Confía en ellos con responsabilidad. ¿Cometerán errores? Absolutamente. Tú también lo hiciste cuando estabas creciendo. ¿Serán a veces irresponsables? Sí. Pero si te aferras al control, en realidad estás lastimando a tus hijos. El objetivo de la crianza de los hijos desde el momento en que nacen es educarlos como padres en sus primeros años, luego en su adolescencia darles a ellos la responsabilidad y luego el Señor será quien guíe sus vidas.

¡Eso significa que tienes que renunciar al control! Cuando asumimos responsabilidades que no nos corresponden, impedimos que otros aprendan. Si tratas a tus hijos como bebés y no los dejas crecer, tendrás que cambiarles el ‘pañal emocional’ el resto de sus vidas, y el mundo tendrá otro adulto co-dependiente.

Muchos padres han dicho: "Si tuviera que hacer todo de nuevo, haría menos por mis hijos y les enseñaría a hacer más por ellos mismos". La única forma en que crecemos es al enfrentar desafíos que nos exijan, nos desarrollan, y construir responsabilidad en nuestras vidas.

La Biblia dice, “Si alguien es de fiar en lo poco, será de fiar en lo mucho . . . Si no se les puede confiar lo ajeno, ¿quién les dará lo que es de ustedes?” Lucas 16:10,12 (PDT).

Los niños responden a la responsabilidad. Habiendo hablado con muchos padres a lo largo de los años y visto esto en mi propia vida, creo que es mucho mejor equivocarse al darles demasiada responsabilidad que no confiar lo suficiente en tus hijos. ¡Van a cometer errores de cualquier manera! Tu meta es levantar una persona que camine no solo bajo su propio autocontrol sino también bajo el control de Dios.