“Cada vez que pienso en ustedes, le doy gracias a mi Dios”. Filipenses 1:3 (NTV)

Estudio tras estudio ha relacionado la gratitud con la felicidad. Psicólogos y sociólogos han demostrado que cuanto más agradecido eres, más feliz serás. Si quieres tener relaciones sanas, empieza con una actitud de gratitud. Serás mucho más feliz y disfrutarás más de tus relaciones si desarrollas el hábito de estar agradecido por las personas en tu vida. Pablo dice en Filipenses 1:3: “Cada vez que pienso en ustedes, le doy gracias a mi Dios” (NTV). Esta simple verdad es la base de las buenas relaciones. Cuando piensas en las personas en tu vida, ¿lo primero que sientes es gratitud? Para muchos de nosotros, puede ser: “¿Qué necesitan hacer por mí? ¿Qué problemas tenemos? ¿Qué tenemos que hacer?” Pero Pablo nos mostró una manera diferente. Su primer pensamiento para sus amigos fue de gratitud, y es el modelo que debemos seguir si queremos relaciones duraderas. Aquí está el desafío: cuanto más tiempo conozcas a alguien, es más probable que des por sentado a esa persona. ¿No es cierto? Cuanto más tiempo conozcas a alguien, más fácil será concentrarte en los defectos de esa persona y los malos momentos en lugar de los momentos felices. Es por eso por lo que requiere esfuerzo de nuestra parte elegir tener una actitud de gratitud por las personas en nuestra vida. Cuando desarrollamos el hábito de agradecer a Dios por las personas en nuestra vida, cultivamos la felicidad y dejamos un impacto duradero y eterno.