“Nosotros somos obra de Dios, creados en Jesucristo para realizar las buenas obras que Dios ya planeó de antemano para que nos ocupáramos de ellas”. Efesios 2:10 (PDT)

Dios te llama a un servicio que va más allá de cualquier cosa que puedas imaginar. Tú has sido puesto en la tierra para hacer una contribución.

No has sido creado solamente para consumir recursos —comer, respirar y ocupar un espacio. Dios te ha diseñado para que marques una diferencia con tu vida. Fuiste creado para aportar a la vida, no solo para consumir de ella. Dios quiere que contribuyas.

La Biblia dice que, “Nosotros somos obra de Dios, creados en Jesucristo para realizar las buenas obras que Dios ya planeó de antemano para que nos ocupáramos de ellas” Efesios 2:10 (PDT). Esas “buenas obras” son tu servicio para el mundo. Cada vez que sirves a los demás, estás sirviendo a Dios. (Colosenses 3:23-24; Mateo 25:34-45; Efesios 6:7).

Lo que Dios le dijo a Jeremías es también una verdad para ti: “Antes de que yo te formara en el vientre, te conocí. Antes de que nacieras, te santifiqué y te presenté ante las naciones como mi profeta” Jeremías 1:5 (RVC).

Cuando la mayoría de la gente piensa sobre un “trabajo especial” ellos piensan en los pastores, sacerdotes y ministros de profesión, pero Dios dice que cada miembro de su familia es un ministro. En la Biblia la palabra “siervo” y “ministro” son sinónimos, como lo son “servicio” y “ministerio”. Si eres un cristiano, eres un ministro y cuando estás sirviendo estás ministrando.

¿Te has preguntado por qué Dios no nos lleva inmediatamente al Cielo en el momento   que aceptamos su gracia? ¿Por qué nos mantiene en este mundo caído? Nos deja aquí para cumplir Sus propósitos. Una vez que eres salvo, Dios intenta usarte para Sus metas. Dios tiene un llamado doble: un ministerio dentro de la iglesia y una misión fuera de ella.