“Si de todo corazón elevas tus manos, y te dispones a rogarle a Dios… podrás levantar la cara limpia de pecado, y podrás sentirte libre y sin ningún temor; te olvidarás de tus tristezas, o pensarás en ellas como el agua que pasa”. Job 11:13, 15-16 (RVC)
No puedes sanar las heridas más persistentes y profundas en tu vida, enfocándote en tu pasado. Para vencer a esos gigantes, necesitas ver hacia adelante.
¿Intentas encontrar sanidad viendo en un espejo retrovisor? Cuando haces eso, estás más próximo a chocar que a sanar. Enfocarte en lo que sucedió en tu pasado, hace que tu búsqueda de la sanidad te lleve en la dirección equivocada.
En la historia de Job, descubrimos cómo deshacernos de memorias dolorosas y avanzar con nuestras vidas: “Si de todo corazón elevas tus manos, y te dispones a rogarle a Dios... podrás levantar la cara limpia de pecado, y podrás sentirte libre y sin ningún temor; te olvidarás de tus tristezas, o pensarás en ellas como el agua que pasa” Job 11:13, 15-16 (RVC).
Primero, sana tu corazón. Haz lo que es correcto –no importa lo que la otra persona te hizo. El perdón siempre es la elección correcta.
Segundo, acércate a Dios. Invita a Jesús a cada habitación de la casa de tu corazón. Puedes haberlo invitado a la sala (aceptado a Jesús como tu salvador) pero no a las otras habitaciones de tu corazón.
Tercero, enfrenta de nuevo al mundo. No te escondas en una coraza o procures evitar ser herido de nuevo. Avanza. Aprende a vivir de nuevo.
Tu pasado no es tu futuro. No importa que hayas hecho, las personas con quienes estuviste involucrado, o por cuanto tiempo lo has estado haciendo. Por toda la Escritura, Dios perdonó a asesinos, adúlteros, y holgazanes, y los usó para hacer su trabajo en el mundo.
Tú también, tienes un gran futuro frente a ti. Sana tu corazón, acércate a Dios y enfrenta de nuevo al mundo.
Y permite que Dios haga algo increíble a través de ti.
¿Qué persona (o personas) necesitas perdonar para poder “sanar tu corazón”?
Al acercarte a Dios para sanarte, ¿en qué “habitaciones” de la casa de tu corazón necesitas invitar a Jesús que entre?
¿De qué maneras te “escondes en una coraza” mientras tratas con las heridas en tu vida?
Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo; haz la oración que encuentras al final de nuestra página: Conoce a Dios
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¿Y cómo van a creer en él, si no han oído hablar de él? ¿Y cómo van a oír, si no hay quien les anuncie el mensaje? ROMANOS 10:14 (DHH)