“Que cada uno no busque sólo su propio bien, sino el de los demás”. Filipenses 2:4 (PDT)

El punto de partida para la felicidad es el momento que quitas el enfoque de ti mismo. Si solo piensas en ti mismo, terminarás siendo profundamente infeliz. Si verdaderamente quieres ser feliz en la vida, debes cuidar de las necesidades de aquellos a tu alrededor.

Pablo cita a Timoteo como un ejemplo de esto en Filipenses 2:20-21: “No cuento con nadie como Timoteo, quien se preocupa genuinamente por el bienestar de ustedes. Todos los demás solo se ocupan de sí mismos y no de lo que es importante para Jesucristo” (NTV).

La mayoría de las personas no se levantan por la mañana y toman el tiempo para pensar cómo están los demás. La mayoría de las personas solo están preocupadas con sus propios problemas. ¡Por eso, muchas personas viven insatisfechas con sus vidas!

Si quieres ser una de esas personas generosas, fuera de lo común, debes cambiar tu enfoque. Debes quitar tu enfoque en ti mismo y enfocarte en los demás. No es algo que viene naturalmente; tienes que aprender a hacerlo. 

En muchas ocasiones, no he visto las necesidades de las personas que amo a mi alrededor, por no prestar atención. No prestaba interés en ellos. Me había enfocado solo en mí y no en las necesidades de ellos. Como no estaba pendiente de sus necesidades, había perdido las oportunidades para ayudar. Y eso me entristece demasiado.

En lugar de lamentarte por las oportunidades perdidas, sé intencional en mirar menos hacia ti y más hacia los demás y sus necesidades. Encontrarás la felicidad, al servir a Dios a través de servir a los demás.