“No se dejen engañar: nadie puede burlarse de la justicia de Dios. Siempre se cosecha lo que se siembra. Los que viven solo para satisfacer los deseos de su propia naturaleza pecaminosa cosecharán, de esa naturaleza, destrucción y muerte; pero los que viven para agradar al Espíritu, del Espíritu, cosecharán vida eterna” Gálatas 6: 7-8 (NTV)

El egoísmo destruye las relaciones. Es la causa número uno de conflictos, discusiones, divorcios e incluso guerras.

Santiago 4:1 dice: “¿Qué es lo que causa las disputas y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no surgen de los malos deseos que combaten en su interior?” (NTV).

Todos los problemas comienzan debido a nuestro egocentrismo. Es muy fácil que el egoísmo se infiltre en las relaciones.

Cuando comienzas una relación, trabajas muy duro para ser desinteresado. Pero a medida que pasa el tiempo, el egoísmo comienza a aparecer. Solemos poner más energía en construir relaciones que en mantenerlas.

Si el egoísmo destruye las relaciones, el altruismo las hace crecer.

¿Qué significa altruismo? Significa menos "yo" y más "tú". Significa pensar en los demás antes de pensar en uno mismo y anteponer las necesidades de la otra persona a las propias (Filipenses 2:4).

El altruismo saca lo mejor de los demás. Genera confianza en las relaciones. De hecho, si comienzas a actuar desinteresadamente en una relación, obligas a la otra persona a cambiar, porque ya no eres la misma persona y tienen que relacionarse contigo de manera diferente.

Lo he visto muchas veces: algunas de las personas más desagradables con las que nadie quiere estar cerca se transforman cuando alguien es amable y desinteresado con ellos y les da lo que necesitan, no lo que merecen.

La Biblia dice en Gálatas 6:7-8: “No se dejen engañar: nadie puede burlarse de la justicia de Dios. Siempre se cosecha lo que se siembra. Los que viven solo para satisfacer los deseos de su propia naturaleza pecaminosa cosecharán, de esa naturaleza, destrucción y muerte; pero los que viven para agradar al Espíritu, del Espíritu, cosecharán vida eterna” (NTV).

Este es el principio de la siembra y la cosecha. Lo que siembras, lo vas a cosechar.

Dios recompensa el altruismo con la vida eterna. Ha diseñado el universo para que cuanto más desinteresado seas, más te bendecirá.

¿Por qué? Porque quiere que seas como Él, y Dios no es egoísta.

Todo lo que tienes en la vida es un regalo de Dios, porque Él ha sido generoso y desinteresado contigo.

Estás más satisfecho en esta vida cuando te entregas a ti mismo. Jesús dijo: “Si tratas de aferrarte a la vida, la perderás; pero si entregas tu vida por mi causa y por causa de la Buena Noticia, la salvarás” Marcos 8:35 (NTV).