“Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para producir esa riqueza; así ha confirmado hoy el pacto que bajo juramento hizo con tus antepasados”. Deuteronomio 8:18 (NVI)

La Biblia nos enseña que Dios es la fuente de nuestras finanzas. Él es quien provee para nuestras necesidades.

¿Qué significa esto? Significa que, en vez de estar viendo a tu empleador como una seguridad financiera, debes mirar a Dios. Significa que, en lugar de ver tu cuenta de ahorros como una seguridad financiera, miras a Dios. Significa que no dependes de nadie ni de nada más, sino a Dios para que provea para tus necesidades.

Permíteme ilustrarte de esta manera: cuando abres la llave del agua, sabes que el agua no viene en realidad de la llave. El agua viene a través de la llave. El agua en realidad viene de un depósito o un pozo, y la forma en que la recibes es a través de la llave.

De la misma manera, las entradas que Dios quiere darte pueden venir de un trabajo o a través de algo o alguien más.

Pero la Fuente siempre es Dios.

No necesitas preocuparte sobre cuál llave Dios usa para suplir tus necesidades. De cierto modo, Él dice: ‘Si cierro una llave, puedo fácilmente abrir otra. Si pierdes un trabajo, puedo darte otro. Tu trabajo no es tu sustento. Tu cuenta bancaria no es tu sustento. Yo soy tu sustento”.

La preocupación revela las áreas donde no estamos confiando en Dios. Pídele ayuda a Dios para entender lo que causa que no confíes en Él, y pídele que te enseñe a comenzar a confiar. Observa cómo hace eso. Y cuando comiences a preocuparte, habla con Dios acerca de tus preocupaciones.